y el corazón compungido
te pido casi de hinojos
que no me hundas en el olvido.
No te vayas de mi vida
sin darme una oportunidad
de demostrarte que tu partida
deja mi alma en la orfandad.
Es mi corazón sediento
quien te grita que te quedes
para demostrarte lo que siento
y entregarte mis placeres.
La nostalgia que me agobia
sabiendo que ya te pierdo
tiene a mi alma en la inopia
desauciada y sin consuelo.
No sé, ¿qué será de mí?
cuando tus besos se ausenten
dejando aquellos sabores a tí
que en mi alma, aún se sienten.
Pero sé, que si te alejas
en mi boca quedará grabado
el dulce nectar que me dejas
al disfrutar tus besos a mi lado.
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