EL NUEVO AÑO

Ya suenan las campanas
anunciando un nuevo año,
serán doce campanadas
repicando sin desmayo.

Augurando el vienestar
de cada uno de los humanos
y al mundo le hacen pensar
que el futuro está en sus manos.

Es tiempo de supersticiones
presagiando buenos augurios
implorando las bendiciones
para un mundo sin subterfujios.

Para la suerte usaré la cábala
y trataré de sacar las maletas
o entraré a la playa de espalda
o de alimento comeré lentejas.

Vendrá el engulle de las uvas
y el uso de los calzones rojos
para erradicar todas las dudas
y el dinero llegue en manojos.

Mientras el año viejo se marcha
y el nuevo a nosotros se arrima
esperaremos que la mala racha
y la mala vibra, a venir se exima.

SUMERGIDO EN EL SILENCIO

Me sumerjo en tus virtudes
y navego con pasos firmes
entre los mares de tus sienes
buscando tus besos afines.

Y voy hurgando entre las olas
aquella cresta que salve mi alma
donde el color de las amapolas
tengan de rojo su humilde llama.

Me sumerjo en aquel silencio
que interrumpe las alegorías,
de mi corazón en aquel inicio
donde las razones son ironías.

Y te busco en la conciencia
de aquella triste melancolía,
donde se pierde la inocencia
de aquel amor en mi omilía.

Me sumerjo en las distancias
que separan tu alma y la mía
y en aquellas lontananzas
de nuestro triste amor en letanía.

Y voy entretejiendo los recodos
del bello amor que se encandila
para buscar los dulces modos
de éste corazón que amor estíla.

ESCALANDO LA CIMA

Poco a poco llegaré a la cima
y allá encontraré mi trofeo
sin importarme lo frío del clima
si ahí, en lo alto estará el deseo.

Trataré  de llegar a la meta
donde me espera mi gran presea
como premio a la gran proesa
de realizar ésta hermosa odisea.

Te prometo que iré escalando
hasta llegar al punto más alto
donde el día se va esfumando
y la noche tiende su manto.

Y no descansaré en el intento
para conseguir la gran medalla
para éste amor que tanto siento
entregarselo a mi dulce amada.

Y llegaré a la cima con júbilo
satisfecho de mi gran destreza
para amarte sin subterfujio
y entregarte toda mi nobleza.

Llegar a la meta no fué fácil
pues, luché contra lo infáusto
mas, escalar detrás del éxtasis
dulcemente me dejó exáusto.

BAJO EL ÁRBOL AQUEL

Era una tarde gris,
en el árbol aquel
cuando la conocí
allí, besé su boca
llena de  carmesí
con una furia loca.

Recuedo que la amé
con todo el corazón
mis besos le entregué,
muy lleno de pasión
bajo el árbol aquel
le ofrecí todo mi amor.

Su vída me entregó
mil besos le dí, al amar
mientras un ruiseñor
con su hermoso trinar
se hacía acompañar
desde un lindo ramal.

Su nectar me embriagó
como el dulce del panal.
Todo su amor me entregó
en aquel beso sin igual
donde la pasión quedó
exáusta e inerte en el umbral.

Su amor lo llevo en el alma
como recuerdo de un atardecer
allá, donde el ruiseñor trina
alegre y todo lleno de placer;
dejando en mí como recuerdo
tantos besos bajo el árbol aquel.

SUMIDO EN EL ALCOHOL

Hoy  mi pobre corazón
en medio de su agonía
va perdiendo la razón
al igual que la vida mía.

Yo sé  que sin tu amor
toda mi alma es un sufrir
ven a calmar éste dolor
sino, de pena voy a morir.

Solo siento el desencanto
en medio de mi gran pasión
y voy mitigando el llanto
por aquella triste desilusión.

Hoy  yo quiero desahogar
mis penas con el licor
pues, no puedo arrancar
de mi alma aquel amor.

Ven a darme tus lindos besos
no dudes en calmar mi sed
dame el dulce de los cerezos
para encantar todo mi ser.

Una oscura noche más
pernoctando sin tu amor
donde bebiendo solo hallarás
a mi alma, sumida en el alcohol.

SÓLO CON SU PENA

Su vida transcurre vacía
sin redundos ni virtudes
viviendo de la fantasía
de un amor sin aptitudes.

Es una relación de penumbras
ausente de risas y alegrías
de un triste amor de sombras
lleno de nostalgia y melancolías.

Y mientras transcurre el tiempo
ya no hay buqué de rosas y flores
tan solo quedará el sustento
de un gran derroche de amores.

Para él, su vida es un dilema
entre lo triste y el futuro incierto
pagando la insolente condena
de aquel sentir un poco muerto.

Ya no hay amor que preservar
solo costumbres y larga espera
de aquella pasión que solo lleva
en sus espaldas la cruel condena.

Y asi, va pasando el tiempo
entre lágrimas, dolor y pena
soportando con estoicismo
aquel amor que lo encadena.