la proeza de haber nacido
rosagante y privilegiada
llegaste a un mundo desonocido.
Te entregué todo mi esfuerzo
cada intento en un día vivido
del amor que en tí fué gozoso
ameno, dulce y divertido.
Fuiste mi razón de vivir
en cada instante estabas presente
y en mi alma y en mi sentir
siempre Tú fuiste latente.
Me entregué en cuerpo y alma
a forjarte con gran ternura
mas, los golpes enseñan la forma
de un amor convertido en basura.
¡ cuánto tiempo libaste sangre !
cual vampira, pegada como lapa
y ya vez, sólo fuiste fiambre
de un amor que huidizo se escapa.
Me esforcé para que lo tuvieras todo
en un mundo extraño, raudo y veloz
y mi alma, te la entregué de tal modo
como saber que uno más uno es dos.
¡ qué manera de reciprocar !
tanto amor por mí derramado
que hoy me cuesta reprobar
cada error por tí proclamado.
Te enseñé a hacer los pininos
en un mundo lleno de diatribas
abrigandote y dandote los mimos
que en este triste corazón prohijas.
No hay mente más perversa
que la de un ser desagradecido
pues, convierte en una vileza
todo el esfuerzo inmerecido.
Y mendigué, cual pordiosero
con tal, de fortalecer tu amor
sin saber que eras de mal agüero
y que prodigabas el desamor.
¡ qué sorpresas guarda la vida!
apresurado por llegar a puerto seguro
mientrás Tú muy conflictiva
me enrostras encóno inmaduro.
Me entregué en cuerpo y alma
a forjar este gran y frustrado amor
y así, poco a poco y con calma
soporto tus desidias y tu desamor.
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