En el
umbral de mis recuerdos
ando buscando tus encantos
y me perturban los momentos
que viví contigo en tu remanso.
Hoy trato de conciliar el sueño
y mis pensamientos van hacia ti
convirtiéndose en los únicos dueños
de los momentos, que ayer viví.
Recuerdo tu amor con locura
y aquel deseo de besar tu boca
pues, tus besos tienen la ternura
que a desearte con pasión me invoca.
Hoy mi espacio está muy frío
sin la tierna luz de tu presencia
y de aquel amor, que fue tan mío
tan solo, me queda la ausencia.
Derroches de amor y de ganas
cubiertos bajo el manto blanco
de deseos y ansias derramadas
de aquel amor y todo su encanto.
¡Quién diría que aquel amor!
que un día fue placentero
destrozado y con gran dolor
se inclina al despeñadero.
¡Cómo preguntarle al corazón!
sobre el amor que por mí sentías
pues, aquel deseo de gran pasión
para mí fueron, sólo sábanas frías.
Insípidos y
acres besos
que hoy tocan mis labios
¡jamás imaginé tal afrenta!
Y lo vil de tus agravios.
Hoy tus inhóspitos besos
se acercan a los míos
y mis labios junto a los tuyos
sangran de tanto hastío.
Y encamino mis deseos
a la incertidumbre inverosímil
de amar tu corazón blindado
por el lastre nocivo del dolor.
Ayer mi amor enardecido
se ufanaba en buscar tus besos
los besos...que mi cupido
se encargaba de llevar a mi lecho.
Ahora siento en mis adentros
la desidia de tu despecho
y ando buscando en otro lecho
lo que en ti, tan solo fue abyecto.
¡Quién no quisiera tenerte!
y arrullarte entre sus brazos
sin pensar en los fracasos
de tu amor...como un ocaso.
Hoy renuncio a este dolor
y a aquel amor en defecto
pues, no pude comprender
tus aridos e insípidos besos.
Dormido
entre tus brazos,
preso de mi destino.
Enclaustrado entre tus besos,
en este largo camino.
Como hiedra aferrado a ti
y atrapado entre tus redes
me conformo con lo que fui
entre tus brazos y tus quereres.
Mientras hilvano mis ideas
entre tu amor y mi encanto,
entretejes aquellas madejas
en medio de suspiros y llantos.
Y entregado a tus dulces besos
cual rémora mitigando amor
junto a tus caricias sigo inmerso,
disfrutando de tu dulce ardor.
Tan sólo con mirar tus ojos,
absortos se reflejan los míos
y por quererte como te quiero
satisfaría mi vida con lo que ansío.
Y entre besos y alegría
a ti me voy entregando
para encontrar la armonía
que en tu cuerpo voy ganando.
Hoy mi amor es un delirio
si tú no estás junto a mí;
pues mi vida es un martirio
por querer aferrarme a ti.
Te vas
acercando a mí
y mi cuerpo empieza a temblar,
es que tán sólo al verte a tí
en mí es un dulce delirar.
Tu amor es aquel axioma
que refleja tu presencia
y para mí eres el dogma
al disfrutar de tu inocencia.
Quisiera tener tu compañía,
dos copas de vino y un diván
y poder amarnos en armonía
hasta que muramos del afán.
Que me estreches en tus brazos
y me hagas presa de tu antojo,
de tus lujurias y tus abrazos
y que me encierres en tu cerrojo.
Y te nombro a cada instante
porque añoro tus caricias
y conmigo quiero que estés
para sentir todas tus delicias.
Tan sólo mirarte es lo que pido
porque sé que tu ausencia,
en mi vida jamás ha existido
pues aún, tu aroma es esencia.
¡Cómo quisiera besarte!
y entregarte todo el calor
para que con mi deseo ardiente
sientas lo dulce de este amor.
Hoy me
dedicaré a quererte
y te entregaré todo mi amor
y te aseguro, que voy a tenerte
para amarte con gran valor.
Bailaremos el amor juntitos
y cada paso será con pasión
para darte los momentitos
con mucho amor y devoción.
Esta noche me embriagaré
con el dulce néctar de tus besos
y te juro, que contigo estaré
como haz de luz, en el universo.
Y el amor te lo entregaré todo
para que disfrutes de su belleza
a todas tus anchas y a tu modo
y con donaire y gran destreza.
Recorreré tu hermoso cuerpo
a cada segundo, minuto y hora
y te haré sentir lo que siento
hasta que se pose la aurora.
Serán momentos de amor
dedicados sólo para amarte
y llenarte de todo el candor
que mi corazón pueda darte.
Caminaré poco a poco tu piel
para poder libarnos dulcemente
mas...ungiré tu cuerpo de miel
para bailar la danza del vientre.
Hoy me he
levantado contigo
recordándote a cada instante,
que cuando estabas conmigo
fuiste ese amor avasallante.
Aún recuerdo aquellos besos
y los susurros en mis oídos
subyugándome los sentidos
con tus besos como cumplido.
¡Qué noches encantadoras!
aquellas que pasé contigo,
fueron noches devoradoras
y la dulce luna como testigo.
Me entregué a tus encantos
cual fiel devoto de tus hechos
y entregándome en el lecho
fui dulce presa de tus besos.
En mis noches de insomnios
y mi dulce cama como testigo
vivo pensando en el dominio
de aquel beso que viví contigo.
Solemne y tierna reverencia
al dulce amor de una doncella,
la cual, irradia su inocencia
con aquella ternura tan bella.
Y encandilado con ese amor,
con el amor...que posee ella
me emancipo con el candor
de mi dulce amor de doncella.
