AMOR DE MIL NOCHES

Cuando la tarde cabalga apresurada y se posa entre las fauces de la noche, entonces,ella se hace cómplice de aquellas ganas infinitas de amarte, de verter en tí la fuerza viril de este amor que avasalla cada latido de mi alma al tenerte,aun sea un instante de tu vida. Y poder vivir lo intenso al lograr poseerte. Será ella quien nos abrigue y colme para salvar la desesperanza de un amor, que poco a poco se cierne sobre los dos y ábre los senderos para que nos amemos, en medio de esta vorágine del deseo carnal, que hace de este amor el fervoroso volcán que emerge desde lo más recóndito, para que este inberbe te ame con locura. Te juro que no existirá ni habrá razones qeu sean capaces de oponerse a mi amor, porque en este dulce y simbiótico querer solo una mujer como tú, hermosa y bella hace que un mortal como yo,se enamore. Ya pronto se marchará la noche y el alba,hará presencia en elhorizonte y los dos,tú y yo,juntitos y amandonos, estaremos satisfechos del deber cumplido dandole gracias a la cómplice noche por haber cubierto con su manto aquel desliz, de tu cuerpo entregado a la pasión, de aquellas ganas febríles orladas en amor.

¡ SI SUPIERAS !

¡ Si supieras cómo se enerva !,
todo lo que en mi se llama piel
y el sonrojo de mis retinas,
cuando refleja tu cuerpo en ellas.
Solo me bastan  tus recuerdos,
y la viva voz de tus susurros,
cuando al oído me musitabas
las dulces melodías el te quiero;
aquel te quiero avasallante y dulce,
que se impregnaba y ceñía a mis oidos.

¡Si supieras cómo se absorta¡,
el iris de mis trémulos ojos,
cuando allá, en la distancia del alma,
tirita aquel recuerdo eterno de ti,
de tus andanzas nocturnas sobre mí,
de tus jadeos sensuales en la cama;
cuando a gritos te dejabas morir
por la emoción inmensa de amarme,
y yo, sediento de tenerte entre mis brazos,
arrullada mitigando cada poro de tu piel.

¡ Si supieras, cuanto te extraño !,
¡ Si supieras, cuan solo estoy !
¡ Si supieras, mi amor !,
¡ Si supieras... si supieras !

AMOR DE PRIMAVERA Y SOL

Amor de primavera y sol,
oriundo como el huracán.
Sediento de aquel gran ardor,
que hoy buscas con fiero afán.
Te abro el espacio de mi corazón,
enamorado, y extasiado en su silencio
porque no te siente a su lado.
Jamás te he dejado de amar, pues...
no hay forma de que me escape,
de ese sueño tan solemne e impoluto,
de hacerte mía hasta mis últimos días.
Sé que la distancia ha sido cruel, pero...
no importa cuan profundo sea el castigo;
si la recompensa huele a te quiero, a rosas y versos
 convertidos en la ambrosía de mis anhelos.
Amame desde la distancia y adórname,
con el sabor de aquellos besos soñados,
salpicando cada espacio de mi piel y......
haciendo de mi el dulce guiñapo de tu amor.
Si, ámame con sabor a primavera y sol,
con la presteza y el ímpetu de fuego,
oriundo como el huracán.