siempre extrañándote
buscando en el horizonte
la verdad de tus recuerdos,
tu belleza, tu voz, tus caricias.
La tierna mirada de tus ojos
aquellos ojos color miel
radiantes de luz, de amor,
de pasión, y deseos imberbes.
Si...te extraño toda
tus besos, tus miedos
extraño tu espacio,
tu tiempo, tus indecisiones.
Es que me acostumbré a ti
a tus palabras, a tu olor
a tu perfume, al roce de tu piel
a tu mirada, a tus gestos.
Sé, que si tú no estás
siento un vacío en mi alma
siento que la vida, se me va
y todo en mí, es un infierno
extraño aquellos momentos
en que te sentías mía
y mis sueños, en noches solitarias
y extraño tu abrigo
en mis tristes noches de frío.
Y sigo extrañando tu piel
y en mis noches oscuras
hoy siento que no estás
entonces, la soledad me lleva
hasta el borde, de un abismo.
Y serán lúgubres mis días
si a mi lado, Tú no estás
brindándome tus besos
como siempre, lo he anhelado.
Y estoy aquí, extrañándote
a cada momento, a cada hora
en cada instante de mi vida
y en cada espacio de mi tiempo.
Ya no sé... ¿qué es más certero?
Si aquella daga, en mi costado
o la indiferencia de este amor
que se introduce, poco a poco
en lo más profundo de mi pecho.
Pero...todavía estoy aquí
extrañándote, cada día
soñándote a cada instante
y pensando, que algún día
ese día...pueda yo adorarte.
Momentos de desbordes emocionales, momentos de felicidad, de afecto, de amor, de desamor, de ilusión de desilusión…..
ReplyDeleteNada que hacer son las crisis que configuran el sentir; más si es arraigado y profundo.
Precioso sentir.
Gracias Poeta.