Cuando la conocí
en el balcón aquel
mis besos, yo le dí
y fué todo un tropel.
Fueron sus lindos ojos
con los que me encontré
y entre claveles rojos
toda mi vida le entregué.
De amor, yo me embriagué
con loca pasión y frenecí
en el dulce balcón aquel
todos mis besos le ofrecí.
Fué muy tierna la emoción
que en mi cuerpo sentí
pues, una nueva pasión
ha vuelto a renacer en mí.
Con ella, yo aprendí
que aún existía el amor
y a mi alma le extendí
otro momento de explendor.
Hoy mi boca llena de emoción
besa sus labios de carmecí
y vivo con locura esta pasión
desde aquel día en que la conocí.
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