donde la brisa acaricia los atardeceres
me refugio en el recuerdo de esa mujer
la cual, llenaba mis noches de placeres
compartiendo el calor de mis besos ardientes.
Aún, sigo pensando en Ella
en sus ojos y su tierna mirada
y aquel cuerpo que me avasallaba
en cada abrazo y beso que me daba
¡cómo no decir, que la amaba!
Hoy mis pensamientos se van con Ella
allá, donde los deseos apretujan mi alma
y el silencio se apodera de mis sentidos
aletargando cada momento de mi vida
cuando el recuerdo logra penetrar en mis sienes.
Ya la razón se apodera de mi alma
y me susurra en medio de la pena
que aquel corazón, que una vez me amó
hoy se sitúa en la triste lontananza
llenando de melancolía esta aciaga ilusión
Aún, sigo sentado en aquel lugar
musitando palabras entrecortadas
observando a lo lejos aquel recuerdo
de la mujer tierna, dulce y enamorada
que hoy deja mi alma triste y desolada.
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