de estar contigo en la cama,
jugando con los bellos arpeggios
de la tierna melodía de tu flama.
Me entregué en cuerpo y alma
para amarte en nuestro albedrío
y del fuego fuimos aquella llama
con nuestro amor en fiel desafío.
Fuí amado como siempre quise
mientras yo te entregaba mi ser,
y éramos locos en nubes grises;
con cuerpos humedecidos de placer.
Tu amor lo llevo aquí, en mi alma
aprisionado en mi costado izquierdo,
solemne y reluciente.... cual dama
amándome por siempre...y en silencio.
Para mí fué amor de luna llena
por tí aprendí a amar con locura
de todas las flores fuiste la más bella
y aquellos besos eran todo ternura.
Estarás por siempre en mis adentros,
con tu amor que es todo un sortilegio
recordando de tí los bellos momentos
porque amarte, fué un dulce privilegio.
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