en el recuerdo de mis noches,
saboreando el dulce silencio
y ocultando aquellos reproches,
de aquel amor que fué mi todo
y hoy se pierde en el horizonte.
Ella, todavía sigue aquí prendida,
sentada en el centro de mi alma
mimada, jugosa y deseada
con mis brazos abiertos en silencio
añorando los lindos encuentros
con todo este amor que llevo dentro.
Todo era pasión, amor y ternura
sus ojos en los míos se miraban
y el encanto entre los dos brotaba
cuando sus besos eran míos en la cama,
y todo aquel fuego que en mi boca,
ardía en silencio tan solo por amarla.
Ella, en mi vida es y será mi alondra,
su recuerdo tiene el tamaño de su sombra
y su trino, el dulce sonar de la noche
arrullando mi alma con su bello canto.
Y en medio de aquel silbar encantador
hacía que mis ganas se volvieran llanto.
Era su boca, la ternura del beso,
de un firme amor que se imponía.
Siempre fué el anverso y el reverso
de cada uno de mis hermosos días.
Era mi eterna luz en la oscuridad,
y el tierno amor en su dulce sombra.
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