Sunday, January 10, 2016

ENTREGA

Ella, sedienta de mis besos ardientes
y yo, ávido, cual caballo desbocado,
recorro la llanura de su verde pradera
al trote de mi ardoroso y lindo corcel.

Mientras todo el amor se consumaba
mi piel en su piel, solo anhelaba lo viril,
el dulce instante, lo bello y lo deseado,
todo el calor que emanaba de su ser.

Yo, adorandola a cada momento y hora
refugiado en la cárcel de su linda piel
condenado...sin recibir fianza alguna,
atado a la inclemencia de sus besos.

Siempre mis manos ceñidas a su talle
consintiendola de una manera excelsa
saboreando sus placenteros encantos,
viviendo de la placidez de sus besos.

!Quién no quisiera vivir lo que yo vivo!
solemnemente enamorado de mi luna
entregado a sus antojos edulcurantes,
disfrutando de las ínfulas de su amor.

Y así, ha ido transcurriendo la noche
Ella y Yo, cabalgando hacia un amor real,
sirviendonos de las mieles de la vida,
compartiendo en el acto nuestro caudal.





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