Yo la seduje con tiernas miradas
Ella se encimismó hacia mí
con su candidez y su dulzura.
Era una noche de invierno
abrazada por una ténue brisa
y salpicada por una ligera lluvia
que mojaba los deseos del amor.
Tan sólo bastó una mirada
y el amor acortó la distancia
entre sus besos y los mios
dando paso a tan bello idílio.
Yo le ofrecí mi dulce vída
y Ella me entregó todo su amor
y así nos amamos sin medída
Ella con ganas y yo, con mi ardor.
Ya se acercaba la triste partída
y Ella entregada, me daba su amor
mientras la noche inclemente se íba
y Yo, entregado a su tierno clamor.
Yo la amé y Ella también me amó
fuimos los dos una misma piel
mientras la luna apresuraba su paso
y el alba empesaba a nacer.
La noche se hizo muy corta
para el amor que quiso renacer
Ella se marcha y eso me importa
pues, sé que fué un bello amanecer.
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