por besar tus labios de carmín
enjugarme en su lividez nocturna
y saborear sus besos en desliz.
Detenerme en cada espacio
de aquel insinuante cuerpo de diosa
sentir que mi alma se rebosa
con el amor de una mujer hermosa.
Que tu tierno amor me turbe
los deseos imberbes de amar
con el ímpetu de huracán ardiente
y todo este amor, en ti derramar
Y que en cada noche de embrujo
seas tú el incontenible timonel
que arribe a puerto seguro
con tu amor derramado a granel.
Que me embriagues, hoy te pido
con el sabor de aquellos besos
para que avives mi corazón deshecho
y así, amarte sin ningún tropiezo.
No, no digas nada, sólo bésame
y hazme sentirme, todo tuyo
saboreando este amor solemne
y tener tus besos con gran orgullo.
Ámame una, dos...y otra vez
y dame de tus besos sin temor
ante el vendaval irremediable
de un holocausto de amor.
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