van cabalgando mis recuerdos
buscando los abrazos tiernos
de aquel padre ido a destiempo.
Me cuentan, que era muy puro
y correcto en sus acciones,
lo cual, para mí era de orgullo
y de grandes satisfacciones.
No me dió tiempo de amarlo
como todo niño quisiera.
Y si aún, pudiera adorarlo
con todo mi amor lo hiciera.
Es penoso ver el rostro
de aquel niño, compungido
caminando junto al féretro
de su padre, ya fallecido.
Murió y dejo de existir
siendo yo un niño de teta,
y recordarlo en mi vivir
todavía a mi corazón afecta.
Aún vive en mi aquel rostro
de aquel padre tan querido,
y aunque no esté con nosotros
jamás, estará en el olvido.
Recuerdo aún, aquel atuendo,
el cual, llevaba como mortaja
y les juro que aún, no entiendo
lo inesperado de la mala jugada.
Todavía recuerdo al niño absorto,
observando a la familia apresurada
y ¡cómo entraban!, poquito a poco
aquel ataúd, en su última morada.
Hermoso con una gran dosis de AMOR... de Nostalgia.
ReplyDeleteSin duda un gran legado de virtudes y valores en los recuerdos de la vida familiar.
Muy bello y emotivo, Gracias.
Hermoso poema, es lindo tener en el corazón esos bellos recuerdos.
ReplyDeleteMuchas felicidades.