la dulce luna trae consigo la luz,
que resplandecerá en medio de la oscuridad.
Y las hojas en su serpenteante caída
reflejarán la frialdad del triste otoño,
donde tu amor iniciará el frío invierno
que opacará la luz que ilumina mi alma.
Y mientras mi amor se acerca al incierto sino
y las hojas del otoño hacen su cabriola
y zigzaguean con el rose de la tierna brisa,
tu alma y la mía, se buscan entre sombras.
Aunque aquellos pensamientos estén
inmersos entre nuestros hemisferios,
deslizandose en medio de la tristeza y el desdén,
cuando tu presencia se hace ausente
en el llamado de mis ansias perdidas.
Y así, ha cambiado el amor de mi otoño,
de noches intensas a noches de invierno,
y mis días de amor se van acortando
para irse a hibernar a la triste alcoba.
Y mientras las hojas van mutando
en sus procesos de transición,
también mi alma desfallece de frío
por la ausencia de aquellos besos ardientes.
Y las hojas de mi árbol van cayendo
poco a poco hacia el vacío infinito,
tal cual, nuestro amor se suicida en el abismo,
quedando tan solo, las hojas secas del otoño.
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