Con la maravilla de tus lindos ojos
parpadeando de frenética alegría
me fuí adentrando en tus antojos,
en tu amor, tus gestos y tu osadía.
Logré llegar a tus tiernos deseos
y a satisfacer tus lascivos antojos,
tus encantos, lujurias y devaneos
expresados en el vibrar de tus ojos.
Me fuí entregando a la cruenta lid
y allí, se libró la más dulce batalla
tú me amaste, y yo caí en tu ardid,
hasta que ambos tiramos la toalla.
Los dos exhaustos de aquel fragor
nos rendimos ante pelea tan bella,
me diste tu amor sin ningún pudor
y yo te amé...cual eterna doncella.
Te convertiste en la hermosa mujer
que cualquier mortal quisiera tener,
para así, corresponderte con el ser
y amarte cada noche y al amanecer.
Hoy tú eres mi tierno y gran amor
la dulce cenicienta de mis sueños,
la que a mi alma le das aquel fervor
de noches tibias y dulces ensueños.
No comments:
Post a Comment